A pesar del miedo…
En esta
tercera novela, el viento austral es empleado como metáfora de aquello que,
según Pitágoras, podría representar a uno de los principales enemigo de la
realización humana: el miedo.
En esta historia llegan a su fin las
desafiantes aventuras de los personajes que hemos visto crecer y madurar a
través de Valles y Alturas y De Noche, son precisamente dos de los antiguos
protagonistas quienes nos llevan a recorrer el camino que han tomado sus vidas,
enseñándonos a sobrellevar de la mejor forma el gran reto que implica la edad
adulta en la vida del hombre.
Se basa en el pensamiento de Pitágoras,
filósofo y matemático griego, para quien el mundo físico es una manifestación
del orden matemático y donde la percepción de la unidad predomina como forma
esencial del universo y del ser humano.
Para quienes sigan la saga desde su
comienzo, la lectura de este libro los llenará de inevitable nostalgia, puesto
que representa la despedida final de los protagonistas que han visto crecer. No
obstante, esta historia también promete satisfacción, al descubrir que aquellos
personajes a quienes se conocieron por primera vez como niños se han convertido
ahora en adultos maduros capaces de afrontar el miedo y de vencer los desafíos
inherentes a la vida adulta.
En su estilo directo y creando un
escenario en donde todo es simbólico, nos entrega en esta novela la conclusión
de un mundo que ha crecido desde el despertar con que se abandona la infancia,
hasta el encuentro descarnado del adulto joven con el mundo.
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